ARTE Y ESPIRITUALIDAD
En mi investigación me interrogo por los tránsitos que se dan entre arte y espiritualidad. Para aproximarme a identificar cómo se dan estos dinamismos, considero importante reconocer que el objeto de estudio no es ajeno a mi propia persona. En mí se entretejen, entrecruzan y relacionan estas dimensiones como una unidad inseparable que en momentos también encuentran en mi corporeidad un campo de batalla.
¿Cómo vivir de manera más integrada estas relaciones? Desde la espiritualidad ignaciana puedo aproximarme a una lectura situada de los movimientos y dinamismos interiores que encuentran cauce en el silencio, en la contemplación en la acción, en la expresión narrativa y artística.
En este segundo semestre me he interrogado por el lugar del cuerpo en la espiritualidad bajo el nombre de "Continente - Contenido", desde un enfoque más autoetnográfico me he acercado a un lugar desconocido, donde he ido encontrando la posibilidad de identificar cómo mi cuerpo es el gran contenedor de los dinamismos que están en mí, aquellos que gestualmente son poco exteriorizados, que son resguardados en el silencio, en el desgaste interno por sentir que en momentos mi cuerpo no responde a los movimientos que batallan en mi interior.
Es ese contenido latente por donde encuentra cauce la grieta para abrir una nueva mirada, rompiendo la dicotomía de investigador - investigado, para situarme desde la lectura de cómo este proceso también afecta mi posición tanto de investigadora, artista y religiosa.